lunes, 27 de agosto de 2012

Por qué los casinos ganan dinero y por qué hay que creer en Dios

Casinos y trileros que ganan
Existe una fórmula que te muestra las ganancias que puedes conseguir a largo plazo jugando en el casino o con cualquier pasatiempo callejero. No es muy compleja, solo tiene multiplicaciones y restas. Es la siguiente:

(posible ganancia) x (posibilidad de ganar) - (posible pérdida) x (posibilidad de perder)

La posible ganancia es el dinero que puedes ganar, y la posible pérdida, el dinero que puedes perder. Vamos a poner el ejemplo de esos tipos que se colocan en los rincones de la ciudad con tres cubiletes y una bola; tras removerlos te preguntan en cuál de ellos se encuentra la pelotita. Pues vamos a apostar 10 €, que si acertamos nos darán otros 10 €, duplicando nuestro dinero, aunque si perdemos tendremos que despedirnos del billete.


Utilizamos la fórmula y suponemos que no hay ningún engaño. Podemos ganar 10 € más, y podemos perder los 10 €. Las posibilidades de ganar son de 1/3, porque la bola solo está en 1 de los 3 cubiletes, y las posibilidades de perder son de 2/3, en el caso de elegir uno de los 2 cubiletes vacíos. A ver qué nos dice la fórmula
(10 €) x (1/3) - (10 €) x (2/3) = - 3,33


El resultado de las operaciones es de -3,33 €, lo que significa que, a la larga, de cada 10 € que apostemos perderemos 3,33 €. ¡Por eso el juego es tan rentable para el dueño! Todas las máquinas de los casinos están diseñadas para que los resultados de esa operación sean negativos, para que la gente, participando muchas veces, pierda parte de su apuesta y para que el casino gane dinero.


Si la respuesta de la fórmula es negativa, a la larga tú pierdes. Si es positiva, ganarás dinero jugando varias partidas. En los casinos siempre es negativa. Sin ir más lejos, la ruleta te hace perder 27 céntimos de cada 10 euros apostados a una casilla: las pérdidas son más lentas que el juego del trilero.


Conviene creer en Dios
Y aunque parezca mentira, Blaise Pascal utilizó la misma fórmula para afirmar la existencia de Dios. Bueno, no es cierto, lo que Pascal demostró es que es conveniente creer en Dios, exista o no. Veamos por qué.



Al creer en Dios podemos ganar la felicidad eterna, y al colocarse en una posición atea, rechazando al ser omnipotente, nos quedamos como estamos. La posibilidad de que Dios exista no la conocemos, puede ser muy grande o muy pequeña, eso depende de la opinión de cada uno. Yo, como ejemplo, la voy a tomar muy, muy pequeña. A ver qué dice la formulita:


(felicidad eterna) x (algo muy pequeño) - (nada) x (algo grande) =
felicidad eterna


Es lo que se conoce como la apuesta de Pascal. Como la felicidad eterna es infinita, aunque haya unas posibilidades ínfimas de alcanzarla, merece la pena creer en Dios. El resultado de la fórmula será positivo: tú ganas. Solo un "pero", para que haya una probabilidad de que Dios exista, Dios tiene que existir físicamente en un mundo; como no tenemos pruebas de ello, es díficil hablar de "probabilidad".

Fuente: http://melosusurromientrasdormia.blogspot.com.es/

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